Carta abierta alertando el riesgo de dolarizar.

 “La dolarización de la economía es un espejismo que hay que evitar”.

Es la frase que firmaron 170 profesionales de la economía. Profesores e investigadores de economía ya sea de universidades públicas y privadas, de la Argentina y del exterior. 

Los profesionales afirmaron que será altamente costoso aplicarla y que no solucionará los problemas estructurales que enfrenta el país. Alertaron que una vez que demuestre su ineficacia será muy difícil revertir la iniciativa.

En respuesta, desde su cuenta de X Javier Milei con sus "particulares formas" dijo: "170 economistas fracasados que han sido derrotados tanto en las aulas como en los hechos en la lucha contra la inflación vienen a condenar una solución a la estafa monetaria".

La carta fue firmada por especialistas de diferentes corrientes e ideologías. Nadie puede argumentar que los mismos son funcionales a Juntos por el Cambio o a Unión por la Patria.

Algunos nombres: Luis Beccaria, Roberto Frenkel, Miguel Angel Broda, Saúl Keifman, Juan Llach, Miguel Kiguel, Pablo Gerchunoff, Fernando Navajas, Javier González Fraga, Daniel Marx, José Luis Machinea, entre tantos.

Aquí algunas afirmaciones que pusieron en la carta:

“Un intento de dolarización formal sería una desacertada iniciativa de política para hacer frente a los complejos desafíos con que debe lidiar la economía argentina”.

“Carecemos de los dólares necesarios para rescatar la base monetaria y ofrecer un respaldo razonable a los depósitos bancarios (que, aun así, quedarían sin un prestamista de última instancia en caso de episodios de stress financiero). Las propuestas existentes para reparar esta escasez de divisas suponen incrementos absurdos de la deuda pública que comprometerían aún más la percepción de insostenibilidad de las finanzas gubernamentales”.

“La única alternativa, entonces, sería dolarizar a un tipo de cambio tan elevado que provocaría una espiralización adicional de la inflación como consecuencia del colapso de la demanda real de dinero que presumiblemente gatillaría el solo anuncio de avanzar en esa dirección. Provocar un estallido (híper)inflacionario no parece un comienzo muy auspicioso para “estabilizar” la economía”.

 “El esquema se basa en la fantasía de que -eliminada la posibilidad del financiamiento monetario- el gobierno estará obligado a equilibrar inmediatamente su presupuesto, algo que también desmienten nuestra propia experiencia pasada y, por ejemplo, el caso de Ecuador que ha experimentado ya un par de episodios de default desde que adoptó el dólar como moneda”.


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