El Proyecto “Mi casa” abre las puertas a la inclusión.
El intento de desinstitucionalizar a algunas de las personas que portan algún grado de discapacidad intelectual no es algo nuevo, sino que las experiencias se repiten, usualmente con excelentes resultados.
En España “Mi casa: una vida en comunidad”, tiene un plus que no todas las demás experiencias poseen, el cual consiste en que, además del aspecto puramente habitacional de sacar internos de instituciones y llevarlos a habitar en viviendas con otras pocas personas con similar condición, también repara en el aspecto de la interrelación comunitaria de estos individuos con sus vecinos.
Este plan, que abarca el período 2022-2024 (concluye a fines del presente año) llevó a 285 personas a insertarse en las comunidades de 35 pueblos y 7 ciudades, cuenta con la financiación de la Unión Europea a través de Next Generation, cuyo objetivo es hacer una Europa funcional para todos, y con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 del gobierno español bajo la dirección de Plena Inclusión España (https://www. plenainclusion.org/), federación de 950 instituciones que abogan por la inserción de las personas con discapacidad en la vida social, además de otras entidades tales como la Universidad Pública del País Vasco a través del Aguirre Lehendakari Center y la Universidad de Salamanca, por citar algunas.
Lo novedoso de esta experiencia es que no solamente se evalúa la convivencia de los participantes, sino también se hace otro tanto respecto de la interrelación con las comunidades en las cuales habitan, para establecer cuáles son los problemas que se presentan en uno y otro caso y hallar las soluciones a los mismos, buscando previamente sensibilizar y educar a los entornos, puesto que, sin un cierto grado de disposición positiva y acogedora de los vecinos, la experiencia puede resultar negativa. Otro tanto se verifica respecto de la administración pública del lugar y los demás actores.
Aunque todavía el proyecto se halla en la etapa de recolección de datos para la posterior elaboración de los resultados, se resalta que, más allá de algunos problemas, la experiencia es más que positiva y eso no solamente para las personas que participan sino para los pueblos y las ciudades y los barrios, en lo que es otra muestra más acerca de que la discapacidad no es un problema solamente de los individuos sino también de las sociedades que no son inclusivas.
El Cisne.
Comentarios
Publicar un comentario